Así describía Ernest Hemingway una erección, en Adiós a las Armas , a finales de los años 20. Para entonces ya tenia en su haber una exitosa novela: "The sun also rising", o Fiesta.
De todos los escritores norteamericanos de principios del siglo XX, este es a mi gusto el mas artístico de todos. Mas conocido por su afición a la cacería, la bebida , la pesca de grandes peces en alta mar, y la corrida de toros; a veces deja la impresión de que esas actividades eran mas importantes que su Literatura. Mas cercano al estereotipo de un intrépido explorador de continentes perdidos que a la de un intelectual productor de belleza, no parece posible asociarlo a un esteta de las letras; porque eso es lo que este escritor fue, un verdadero explorador del efecto de las palabras.
Hay excelentes biografías sobre él. Leer una, es muy entretenido, porque este tipo realmente vivió una vida de novela, o se la procuro tal vez para crear el material de sus ficciones. Es difícil decir si el buscaba a la Literatura o si la Literatura lo encontraba a él. Desde muy joven ya estaba vinculado con las palabras. Comenzó cubriendo hechos trágicos y policiales en un pequeño periódico de Kansas. Su única experiencia era su inquietud personal, y según sus palabras, allí aprendió las lecciones de escritura mas importantes de toda su carrera: "La prosa breve y concisa", y la que el denominaría "frases peladas hasta el hueso".
Hay que decir que esto no es del todo cierto. Habría que ver que hubiese ocurrido si Hemingway se quedaba en EEUU y no hubiera vivido en el Paris de la posguerra, rica entonces en toda clase de movimientos artísticos vanguardistas. Su conocimiento de Joyce, Ezra Pound, entre otros, obviamente lo influyeron de una manera que el nunca reconoció oficialmente. Siempre se refirió a otros escritores que no estuvieron en su cercanía, quizás temiendo o preservando el no deberle a nadie, su originalidad. Pero es difícil creer que no frecuentar estas vanguardias en el salón cultural de Gertrude Stein, su calidad hubiera sido la misma.
Hemingway es un "exile" al igual que John Dos Passos y F. Scott Fitzgerald. Nombre que se le dio a esa generación de escritores que se formaron en la Europa desvastada tras la primera guerra mundial y construyeron obras que enriquecieron muchísimo la literatura norteamericana. Su trabajo como corresponsal de un diario Canadiense, lo volvió un viajero incansable y forzoso, origen tal vez de esa esa temática plagada de traslados que hay en casi todas sus novelas.
Fiesta es tremendamente original para su época. La historia de un grupo de amigos "exiles" que van a pasar un San Fermin a España, sacude por lo mínimo de la historia y el drama subsiguiente. Todo gira alrededor de momentos, viajes en tren, conversaciones en cenas y almuerzos. Las tensiones internas del grupo ante la presión del alcohol, el deseo y las antipatías personales, transcurren en medio de una algarabía que no cesa un instante. Jake, el narrador de la historia es en realidad Jacob y es un testigo objetivo, por una sencilla razón, es un "lisiado secreto". De alguna manera, Hemingway nos hace saber de manera velada, que su héroe, esta castrado. Su condición de combatiente en la primera guerra mundial, le ha dejado esa marca y por ello es el adecuado para ver y no participar de toda la sexualidad, que Brett, la heroína erótica de la novela, despliega a su alrededor, enloqueciendo a los hombres excitados ante la presencia de peligrosos toros.
Maravillosa novela, repleta de una de las obsesiones estéticas que motivaban al joven Hemingway: La descripción de paisajes y sensaciones. Hay un momento de calma en medio de la novela, que es todo un fragmento previo a la gran fiesta que se avecina. Es un momento de pesca en un río de montaña, donde realmente se vive el momento descrito. En esas paginas hay olor y sabor. Tacto y estados de animo. Luego viene un viaje en autobús, con campesinos locales, donde la descripción es simple y directa; construida con diálogos casuales y observaciones a través de la ventanilla. Aparece además el torero como símbolo supremo de virilidad.
La fiesta en si es genial. Danza, rituales casi paganos de éxtasis y embriaguez y el primer acercamiento del autor al mundo de los toros. El final es apenas perceptible tras el fin de la fiesta. Pero deja los sentidos de quien lee completamente satisfechos.
Algunos críticos explican que en esta novela, Hemingway refleja sus tensiones internas debido a su situación amorosa. Ya era amante de la que sería su segunda esposa, el héroe castrado, era el propio escritor atormentado ante la inminente decisión de divorciarse de su mujer. Suena bastante lógico ya que su primer matrimonio finalizo, luego de regresar de Nueva York, donde había estado, para firmar los acuerdos comerciales de la publicación de la novela.
Este fue el fin de la era exile del escritor. En breve abandonaría Paris y se marcharía a la salvaje Florida. Donde comenzaría a forjarse el Hemingway pescador y cazador que conformarían su imagen del futuro.
Hay muchas mas cosas interesantes sobre este periodo. A mi es la fase de este artista que mas me cautiva.
Continuare con Adios a las Armas (A Farewell to Arms )
3 comentarios:
Esa descarnada (sin carne)manera de narrar, es puro cromosoma Y.
Respeto eso.
Pero a mi cerebro acostumbrado a los vaivenes lunares,le cuesta procesarlo.
Continúo leyendo cuando usted postee.
Muy buen post. Hemingway es impresionante, un escritor especial, superior. Asombra su personalidad, su fuerza, su sutileza, es tremento.
Felicidades dexter.
Y siga recomendando su música, y sus textos.
muchos besos
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